viernes, 30 de noviembre de 2007

Claro en el bosque

Aquella noche se me hizo eterna. Un nudo en la garganta no me dejaba hablar. Las lágrimas luchaban por salir pero no brotaban. Estaba atascada. Hacía rato que en casa me asfixiaba y necesitaba tomar el aire, así que decidí dar un paseo. El bosque parecía tranquilo, los ruidos de la noche eran suaves y acompasados. Las ramas crujían bajo mis pies al andar. Enseguida sentí que me calmaba. Al llegar a un claro, algo me llamó la atención, una calma extraña invadió el bosque. De repente, los árboles empezaron a agitarse y una luz cegadora lo invadió todo. No me lo podía creer, era una nave espacial. La nave aterrizó en el claro y un ser extraño surgió de ella. Tenía unos ojos enormes en una grandiosa cabeza, un largo cuello y un cuerpo pequeño con largos brazos y piernas tan cortas que casi no existían. Me señaló con el dedo y me miró con sus enormes ojos azules. Me asusté pero estaba tan paralizada que no podía salir corriendo. Se acercó a mi lentamente, parecía moverse con dificultad por sus cortas piernas y su dedo seguía señalándome, de golpe, se encendió como si lo hubieran enchufado, un haz de luz salió de él hacia mí y me traspasó. Creía que me iba a matar pero en vez de eso, simplemente me quitó la presión que sentía en el pecho y que no me dejaba respirar desde hacía horas. Quise llorar pero no pude. Y entonces, el extraterrestre señaló su cara con su largo dedo y unas enormes lágrimas brotaron a borbotones de sus grandes ojos azules. Me miró agradecido y después de llorar a moco tendido, se dio media vuelta, se subió a su nave y se fue. Aquel fue el día que un extraterrestre me robó mis lágrimas. Desde entonces nunca más pude llorar, ni siquiera cuando más lo necesitaba.


Claro en el bosque II

Días después volví a aquel claro del bosque en busca de mis lágrimas. Nunca pensé que las necesitaría tanto pero nunca salieron. Me esforzaba, necesitaba desahogarme pero no había manera. Me ponía canciones tristes, pelis dramáticas, pensaba en cosas horribles y espantosas pero nada. Lo cierto es que he vuelto allí cientos de veces y nunca lo he vuelto a ver. Solo servía para desahogarme gritando en plena noche: Maldito bicho verde!!!!!!!! Ladrón!!!!!!! Devuélveme mis lágrimas!!!!!!! La única respuesta que recibía eran los ruidos de la noche en el bosque. Decidí poner un anuncio aunque me tomaran por loca: Se busca, enano cabronazo y ladrón responde a la descripción: ojos enormes en grandiosa cabeza, largo cuello, cuerpo pequeño, largos brazos y piernas extracortas. Es verde y viaja en nave espacial. Robó lágrimas. Urge recuperar. Llamar a...Nunca hubo respuesta. Aún sigo buscando.

3 comentarios:

gus aneu2 dijo...

Bonita versión de Juan Sin Sombra.
¿Ya has leido 2666?
No tiene nada que ver, es que me he acordado.
Besos

lenoreanabel dijo...

Hola Gus!! Aún no lo he leído. Últimamente leo poco. Pero la tengo pendiente. Estoy a la espera de los últimos regalos cumpleañeros a ver si cae, sino me lo autoregalaré. ;-) Besos.

Mr. D dijo...

Además del portazo, conviene cambiar la cerradura, por si acaso.

Ya se cansará de llorar el marciano, ya. Igual acaba dejando las lagrimas en un sobre, a la atención de...