miércoles, 31 de enero de 2007

Embarcadero


Me he despertado y no sé donde estoy. Hay una niebla espesa, hace frío y estoy descalza. Estoy confusa y desorientada. La luna brilla sobre el cielo oscuro como un sol nocturno. La neblina convierte el negro en gris, aún así, la bruma deja pasar la luz. Hay un lago, se oye el rumor del agua y un embarcadero de madera, sin barcas, como si estuviese abandonado allí a su suerte. Me acerco a él. Camino descalza. El suelo está húmedo. Los ruidos de la noche me asustan a veces, cuando no consigo identificarlos. No sé donde estoy, sólo sé que tengo que estar aquí. Creo que hay alguien más conmigo pero no consigo distinguir nada entre la bruma. Estoy asustada, podría salir huyendo pero no lo hago. ¿Hacía donde? ¿De qué? Me acerco al embarcadero y recuerdo. Recuerdo los veranos de la infancia cuando saltábamos desde allí para tirarnos al agua. ¿He estado alguna vez aquí antes? Sé que no. Pero aún así, recuerdo este lugar. Entonces un ruido me asusta. Estoy al borde del embarcadero, mirando hacía al agua. Me giro y allí está. Es un gato negro. Me mira fijamente. Sus ojos son amarillos y brillan a la luz de la luna como el oro reluciente. Tengo miedo. Viene a por mí. Lo sé. Empieza a caminar hacia mí lenta y parsimoniosamente. Y entonces deseo estar en otro lugar y no al borde de un embarcadero. Creo que no sé nadar. ¿O sí? No lo sé, no lo recuerdo. Pero no tengo otra opción. Salto. Salto y me hundo en las aguas oscuras. Me arrastran hasta el fondo del lago y mientras me hundo puedo ver sus ojos brillando sobre el agua, me miran, me odian. Me he salvado. ¿Me he salvado? El agua me llena los pulmones. Dejo de respirar mientras me hundo. Pero entonces, recuerdo. Ya sé porque estoy aquí. Este es mi hogar, esto soy yo. Yo nací aquí. Este agua me alimenta y me nutre. Soy parte de ella. No necesito respirar. Y sonrío, sonrío mientras me dejo arrastrar hacia las cenagosas profundidades de este lago que siempre ha sido mi hogar.


p.d. este relato me lo ha inspirado esta foto de un colega fotologero, oscarmoon, se la robo, espero que no le importe. http://www.fotolog.com/oscarmoon/

martes, 30 de enero de 2007

Hoy me he cruzado con el diablo

Hoy me he cruzado con el diablo. Iba caminando tranquilamente, como si el mundo fuera suyo. Ha pasado por mi lado en la calle. Y no en un calle cualquiera de Barcelona, sino una calle que frecuento a menudo, que es centro neurálgico de mi vida por varios motivos. Me lo he cruzado y un temblor me ha recorrido todo el cuerpo. He tenido suerte, ni siquiera me ha visto. Hoy me he cruzado con el diablo. Creo que se ha mudado cerca. Tengo que ser precavida, porque puede lanzar contra mi sus sucias y rastreras artimañas. Y puedo caer en su red y arder en su infierno. Hoy me he cruzado con el diablo. Por suerte, lo he visto yo antes. Con su piel roja y reluciente, sus cuernos y su rabo. Exhalando un aliento infernal. Sintiéndose el amo del mundo. Hoy me he cruzado con el diablo, muchos ni siquiera ven que es él. Yo sí. Eso que tengo ganado.

Johnny Dos Caras


Hace días que el volcán que habita la montaña debajo de la cual vivimos entró en erupción. De momento solo expulsa gases y cenizas. Desde la terraza de casa en el último piso se puede ver la montaña humeante. Nadie parece tener miedo. Todo el mundo sigue como si nada pasase. Ni siquiera miran la actividad del volcán. Toda la ciudad está cubierta de cenizas. Una capa gris lo cubre todo. Mi hermano y yo hemos salido a la terraza, una capa espesa de cenizas la cubre como un manto de nieve gris en invierno. Andamos despacito, descalzos, el tacto es suave bajo nuestros pies. No queremos despertar a la ceniza y que nos bañe de grisura. Mi hermano me dice que ande con cuidado y que no sople. Si estornudas, la hemos liado, me dice. Nos han prohibido subir a la terraza, supongo que por la ceniza. Nadie sabe que estamos allí. No deberíamos estar allí. Nos acercamos a la barandilla. Un amigo nos ha dicho que hoy Johnny Dos Caras estará comiendo en el restaurante de enfrente, Don Vito. Es el mafioso más despiadado de la ciudad y todo el mundo le teme y le respeta por igual. Aunque seguramente, una cosa es consecuencia de la otra. Johnny tiene dos caras porque en una reyerta de juventud un rival le rajó se la rajó de arriba a abajo y se la dividió en dos. A veces si le miras fijamente puedes ver como un lado de su cara sonríe cruel mientras el otro muestra una seriedad que hiela la sangre. Aquella tarde, Johnny Dos Caras comía en Don Vito con Luigi Montesi, el capo de la mafia de la zona del sur. Ambos estaban intentando evitar una guerra entre familias. Uno de los nietos de Montesi había sido asesinado por un sicario, todos suponía que de la banda de Johnny, aunque este lo negaba y le echaba las culpas a Tono el Manco, el jefe de la familia del este, que se la tenía jurada desde que Johnny se hizo con el negocio de las basuras en toda la región. Mi hermano y yo, nos plantamos en la barandilla de la terraza a ver a Johnny muertos de curiosidad. Tumbados sobre la ceniza para que no nos vieran. Nuestra madre nos iba a reñir de lo lindo cuando nos viese entrar en casa rebozados en ceniza como una croqueta. Y mientras nos reíamos comentando lo bien que nos lo íbamos a pasar contando que habíamos visto a Johnny, el mismo Dos Caras salió del restaurante. En la puerta le esperaban sus dos hombres de confianza. Montesi le iba a la zaga. Parecían charlar animadamente después de una copiosa comida. Johnny se tocaba la tripa riéndose con su lado bueno mientras un rictus de seriedad le paralizaba el otro lado de la cara. Montesi le dio la mano a modo de despedida y entonces, un chirrido de ruedas que derrapan. Un coche negro pasó a toda velocidad delante del restaurante. Una ráfaga de ametralladora y las cuatro personas que estaban en la puerta cayeron desplomadas y cosidas a balazos. Mi hermano y yo abrimos los ojos como platos. Nos miramos asustados y a la vez emocionados. Johnny Dos Caras moría en esos instantes delante de nuestra casa sobre un suelo lleno de ceniza. Una guerra entre familias se iba a iniciar, correrían ríos de sangre. El caos imperaría en la ciudad. Y de pronto, el apocalipsis. El volcán entró en erupción, la lava salía a borbotones de su boca sin parar. Mi hermano y yo nos miramos extasiados. La guerra de familias ya no importaba. Todos íbamos a morir bañados por la lava. Nada más importaba.

jueves, 25 de enero de 2007

Jacksonville


Hoy he salido de casa y olía como a tierra quemada. Ese olor increíble que me gusta tanto, ese olor previo a la nevada. Lo olía en el ambiente. Y tal que así bajé la calle hacía el metro contenta y feliz pensando que hoy a lo mejor, por fin, nevaría. Entonces he entrado en ese lugar frío y metálico que es el underground barcelonés y me he sentado en un sitio que no es en el que suelo sentarme habitualmente. Una chica estaba sentada en ese lugar. Me he colocado como en un reflejo en un espejo de ella y me he puesto los cascos para escuchar tranquilamente el Jacksonville City Lights de Ryan Adams. Un tío se ha sentado a mi lado. Se ha sentado raro, como de lado y poco a poco se ha ido girando hasta colocarse paralelo a mí. Ha puesto su casco de moto hacia mi lado y la mano cruzada debajo de él. Y entonces, entonces, ha comenzado a hacer eso que me disgusta tanto y que muchos tíos capullos hacen que es comenzar a mover la manita lenta y disimuladamente hacia mí. Como estaba alerta desde que se ha sentado lo he cazado al vuelo y he apartado mi abrigo para ver bien su objetivo, mi pierna, ya que el abrigo le servía de cobertura al vil elemento. Me he quedado mirando su mano fijamente hasta que unos rayos de fuego provenientes de mis ojos marrones se la han traspasado hasta fundírsela y llegarle al hueso de la pierna. El mamón acojonado, se ha quedado petrificado sin apenas poder moverse y entonces le he fulminado la cara hasta traspasarla de mejilla a mejilla, aquí he ido con cuidado, tampoco quería freír a la pobre chica sentada en el otro lado. Entre grito y grito, y espasmo y espasmo, hemos llegado a la siguiente parada y la vil cucaracha ha salido arrastrándose como ha podido y se ha bajado. Yo he seguido a lo mío que era escuchar a Ryan Adams tranquilamente:
Oh Jacksonvilleeeeee, how you burn in my soul

How you hold all my dreams captive
Jacksonville, how you play with my mind
Oh my heart goes back, suffocating on the pines
In Jacksonville.
The End, The End, The End...
Dios, que agotadora es a veces la vida de una mujer.

miércoles, 24 de enero de 2007

Huelo la nieve


Veo nieve. Me duermo por la noche y sueño con ella. Blanca y pura. Grandes campos nevados. Y cuando salgo a la calle, todo está cubierto por un manto blanco que sobrepasa la capacidad de mi mirada. Por fin ha llegado el frío. Cuando voy andando por la calle, huelo la nieve, a punto de llegar. Ya falta menos pienso. Ya falta menos para que llegue. Ya sé que a la gente no le gusta el frío y menos la nieve porque es muy bonita pero es un coñazo. Lo siento por ellos, pero en verano tiene que hacer calor y en invierno frío. Y ahora es invierno y tiene que hacer frío, mucho frío. Y yo estoy contenta porque es invierno, hace frío y va a nevar, ya estoy deseando que llame a mi puerta. Toc, toc, soy la nieve, he llegado.

martes, 23 de enero de 2007

Sssssssssssssssssssssss


Sssssssssssssssssssss. Me despierta un ruido extraño. Sssssssssssssssss. Un ruido extraño. Un ruido extraño. Sssssssssssss. Estoy tumbada en la cama y lo oigo. Algo se mueve entre las sábanas. Me asusto, enciendo la luz. Y allí está. Ella. Sssssssssssssss. Me muerde y despierto. Estoy soñando. Me tranquilizo y entonces, sssssssssssssssssss. Otra vez ese suave siseo. No puede ser. Levanto las sábanas y el edredón, no hay nada debajo. Sssssssssssssssss. Y de golpe entre la maraña de ropas, una forma sinuosa que se mueve sibilina. Ssssssssssss. Me lanzo sobre ella y la atrapo, se mueve rabiosa. La tengo controlada, no podrá conmigo, pero entre un pliegue de una sábana. Sssssssssss, su cabeza vengativa. Me muerde y despierto. Uff, otra pesadilla más. No lo entiendo, ¿qué está pasando? Y entonces, lo oigo. Ssssssssssssssssss. Suave y lento siseo. Me lanzo sobre las sábanas y esta vez si que la atrapo pero cuando me doy cuenta. Sssssssssssssssss. Sale por el lado contrario y me pica de nuevo. Despierto. Esto es una pesadilla. ¿Qué demonios está pasando? Tengo que salir de aquí. Sssssssssssssssss. Debajo de la cama. Noooooooo. Sssssssssssssssssssí. Salto de la cama y rauda y veloz se tira sobre mi pie y me pica, sin piedad. Despierto. ¿Estoy soñando y sigo soñando que sueño que me despierto? Escucho atentamente, nada. Silencio. Son las cinco de la mañana. Por fin, duermo.

sábado, 20 de enero de 2007

Molinos de viento


Molinos de viento gigantes, giran y giran robando el viento a Eolo para crear energía. Un zumbido constante en estas montañas envueltas en la bruma que hacen desaparecer la calma y la paz. Camino desorientada y no sé donde estoy. Los gigantes me acosan. Un zumbido tras otro, sus aspas girando al viento. Blancos, enormes y fríos. Destrozando el monte que piso con mis pies descalzos. Es extraño que haga tanto calor en un sitio así donde giran los molinos de viento sin cesar. Pero estoy muerta de sed. Me caigo, por un momento, me siento desfallecer. ¿Hacía donde voy? El zumbido ha parado, algo extraño pasa. Una calma sobrenatural invade el lugar. Los molinos están quietos. Ya no giran. Me paro a mirar. El sol me abrasa. Coloco mi mano sobre la frente intentado ver en el cielo que es lo que pasa. Una sombra ha pasado sobre mí. Un enorme pájaro volando. Grazna como los cuervos pero no es uno de ellos. Es negro y gigantesco y sus ojos son grises como la ceniza, cuando me ha mirado he sentido un escalofrío, como si de golpe me cayese en un pozo sin fondo. El ave gigantesca se ha dado la vuelta y ahora viene hacia mí. Corre, pienso, corre. Y me lanzo a una carrera sin fin, me falta en aliento. Cada vez lo siento más cerca. Sus graznidos me ensordecen y el aleteo de sus alas genera un viento huracanado. Estoy perdida. De golpe, el zumbido. Y un graznido desgarrador. Las aspas se han puesto en marcha de nuevo. Todo está bien ahora. No hay peligro. Seguiré mi camino dondequiera que este me lleve.

viernes, 19 de enero de 2007

Veo el tiempo pasar


El cuerpo no me responde bien. No sé que me pasa. Veo el tiempo pasar, las hojas de los árboles se mueven con el viento y a mí me parece extraño. Sentada aquí, en este bosque, siento que algo no funciona. Hace calor, pero no debería hacerlo. Siento los huesos y la piel pesada. No debería estar aquí. El cuerpo no me responde. Tengo hambre, cada vez más, pero no sé porque. Sigo aquí aunque sé que tendría que estar en otra parte. La gente me ha visto, aunque he intentado esconderme entre la maleza. No quiero que me vean así, desorientada. Hace calor, pero debería hacer frío. ¿Dónde está el frío? Estoy como atontada. Necesito dormir. Necesito dormir mucho, por favor, que llegue el frío.

miércoles, 17 de enero de 2007

Antes de que hiele


Antes de que hiele. Antes de que hiele recordaré el cálido verano, recordaré el mar en mi piel. Antes de que hiele recordaré el sol suave a media tarde, los día largos de luz estival, las noches estrelladas, las encinas, los campos, los caminos,...Antes de que hiele recordaré todo eso, pero eso, sólo hasta que hiele. Luego, sólo será el frío y yo. Y viajaré a lugares polares donde todo será frío pingüinoso y donde nadie podrá encontrarme. Viajaré sin descanso hasta encontrar el punto más alejado del mundo donde sólo el viento gélido, la nieve y el hielo serán mis compañeros. Y allí diré, este es mi hogar, esto soy yo. Y allí viviré y allí moriré y allí renaceré, con las auroras boreales y el invierno polar, dentro del hielo en el que una vez me fundiré.

martes, 16 de enero de 2007

Piano, piano




Me he despertado. No me puedo mover. Estoy en una habitación. No recuerdo como he llegado aquí. Llevo un vestido de época. Delante de mí hay un piano. Mis manos, blancas y relucientes están sobre las teclas. No me puedo mover. Mi cabeza está como anclada, sólo puedo mirar hacia delante. Toca, dice una voz. No la veo, sólo la escucho. Viene de detrás de mí. Toca, repite de nuevo. Entonces muevo los dedos automáticamente pero lo que sale de mis manos es espantoso. No así, no, repite la voz. Toca bien. Cómo te enseñe. No logro hacerlo, mis dedos se mueven sin ton ni son. Se ha puesto delante mío. Toca, repite. No puedo, le contesto. Soy tu padre, tu creador. Te ordeno que toques. No puedo. Se acerca a mí. Me coge de la cabeza, está removiendo algo, siento ruidos extraños. Bien, dice, prueba ahora. Y entonces toco y melodías celestiales salen del piano. Perfecto, dice él. Todos tienen que ver que eres perfecta. ¿Porqué no me puedo mover?, pregunto. Aún no estás acabada pequeña. Pronto podrás hacer muchas más cosas...Y se va y me deja allí. Sola, delante del piano. Intento tocar pero no puedo. No consigo moverme. Unos instantes después mi padre se acerca y me duermo. Vuelvo a estar delante del piano, sigo sin poder moverme. Prueba a tocar, repite mi padre. Y toco y parece satisfecho. ¿Lo he hecho bien, padre?, pregunto. Y él asiente. ¿Porqué no puedo moverme?, pregunto. Claro que te mueves, responde él sonriendo. Sólo cuando tu me lo pides, afirmo yo. Claro, para eso estás hecha. ¿Hecha?, insisto. No entiendo. Y él se acerca a mí amoroso y dice: Ahora te voy a desconectar pequeña, mañana es el gran día, te daré cuerda por la mañana. ¿Desconectar?, digo asustada. Claro, hija mía, eres un autómata. Mañana todo el mundo verá mi gran creación. Dormirás y cuando te despiertes el mundo me aclamará. Pero, puedo pensar padre, no soy un juguete. Claro que no, querida, eres mi niña, mi creación. Duerme, duerme. Y se acerca a mí y luego ya no recuerdo más.

lunes, 15 de enero de 2007

Largo viaje a las montañas

Me he marchado. Lo he decidido. He cogido la mochila y me he ido en busca de las montañas. Me han dicho que allí, en lo alto, en la cumbre que toca el cielo, hay una flor mágica que me hará conocer el futuro. Una flor que vive rodeada de nieve y protegida por siete dragones y un cuervo. No le he dicho a nadie donde iba ni cuando volvería, sólo he dejado una nota diciendo: Me voy, no me busquéis, puede que no vuelva. He partido en largo viaje, llevo muchos días sin descanso. Los bosques y la vegetación son frondosos. Un verde vivo llena el lugar. Es extraño que la nieve aún no haya llegado. Al llegar a uno de los refugios de montaña, la dueña me ha avisado. Han llamado preguntando por ti. No lo entiendo. Debe ser un error. Nadie sabe que estoy aquí. Yo lo sé, responde ella. Pero no sabes quien soy y es imposible que se lo hayas dicho a alguien. Han dicho que volverán a llamar, concluyó la mujer. No es posible. A las 3 de la mañana mientras duermo plácidamente para descansar ante la subida que al día siguiente me espera, llaman a la puerta de mi habitación. Teléfono. Una voz conocida me reclama algo que debí hacer y no hice, algo que debí entregar y no entregué. Pero vamos a ver, le digo yo, no se da cuenta que estoy en las montañas buscando una flor mágica protegida por siete dragones y un cuervo. ¿Se cree que voy a volver ahora para entregarle un trabajo que me importa un pimiento? !Que los dioses te acompañen!, dice concluyendo la voz. Cuelgo el teléfono y le digo a la mujer, no me molesten más, si alguien pregunta por mí, le dice que me he ido a los mares del sur a buscar un pez sagrado que salvará al mundo. Y parto lo antes posible borrando todo rastro, no quiero que nadie me encuentre, tengo una misión. Una flor mágica me espera. ¿Cómo demonios venceré al maldito cuervo?

Wonder Woman is in me


Hoy estreno mi taza de Wonder Woman, regalo de mi malaika querida. Cambio mi taza greetings from the desert con Jr y Elvis por la Princesa Diana de las Amazonas, más tarde conocida como Wonder Woman, que tomó su nombre de la Diosa de la caza. Ella es mi guía, como princesa de la isla de Themyscira que es, de este reino desde el que escribo con asiduidad. Aquí me podéis encontrar. La verdad es que ya hacía tiempo que quería cambiar mi taza del curro. Elvis y Jr me gustan pero forman parte del pasado, comprada en mi segundo viaje a Londres, aquello ya pasó. Ahora esta taza es el presente. Me tomo mi primer té en estos momentos: Oolong caramelo. Ya siento la fuerza de las amazonas corriendo por mis venas.

sábado, 13 de enero de 2007

Cantares


Hoy he vuelto a escuchar el disco de homenaje a machado que hizo Serrat. Dos grandes juntos. Uno de mis discos favoritos de todos los tiempos, tengo que recuperarlo en cd porque tengo la cinta de cassete que se cae a trozos. Siempre me he emocionado leyendo las nanas de cebolla, a lágrima viva...Se me pone la piel de gallina cada vez que escucho Cantares, debe ser una de las pocas que me sé de memoria de principio a fin. ;-) No me la quito de la cabeza desde que ayer la escuché de nuevo en directo versioneada por Señores alma en el Valhalla. Cuanta razón tiene esta letra. Caminante no hay camino, se hace camino al andar,...



Cantares
Joan Manuel Serrat y Antonio Machado

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.

Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.

Caminante
son tus huellas el camino y nada más;
caminante, no hay camino
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

Ya hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe,
verso a verso.

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe,
verso a verso.

Cuando el jilguero no puede cantar
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe,
verso a verso.

viernes, 12 de enero de 2007

Veo pingüinos







Hace días que veo pingüinos. Al principio fue sólo uno. Caminaba a paso ligero por la calle hacía el trabajo y lo vi. Estaba en un semáforo, esperando, cuando se puso en verde cruzó la calle. Luego a los dos días, vi a dos pingüinos, estaban enzarzados en lo que parecía una amena conversación en un parque. Al tercer día, vi tres pingüinos, al cuarto día cuatro. Hasta que a la semana vi más de un centenar. Estaban congregados en una plaza, parecía que se manifestaban. Nadie parecía verlos, o al menos, nadie parecía extrañarse que más de un centenar de pingüinos se concentrasen tranquilamente en una plaza barcelonesa. El tiempo se está volviendo loco. El frío se hace esperar. ¿Será eso lo que piden los pingüinos? Los veo pasear por las calles, en pequeños grupos, nadie parece prestarles demasiada atención, van a lo suyo y lo más curioso es que estos animales polares tampoco prestan demasiada atención a los humanos, por no decir que no les prestan ninguna. Pero, esta mañana uno de ellos me ha mirado. Se me ha quedado mirando con una mirada que sólo un ave podría lanzar. Me ha recorrido un escalofrío por todo el cuerpo. ¿Que quieres?, he pensado. Y al darme la vuelta, me he dado cuenta que otro me miraba. Y más allá otro, y otro, y otro. Y cuando me he querido dar cuenta, cientos de pingüinos que antes caminaban tranquilamente por las calles de la ciudad, se han parado y se han puesto a mirarme. Tengo miedo. Luego han empezado a andar. Todos al unísono. Todos hacía mí. Tengo miedo. Tengo miedo.

Mi dios es mi sueño


Sueño, sueño con el señor del sueño. Uno de los eternos. Sueño con Sueño. Cierro los ojos y sueño.


Ayer me acabé el último libro de Neil Gaiman 'Los hijos de Anansi'. Me han enamorado Gordo Charlie Nancy y Araña. Estoy enganchada a Neil Gaiman. Me lo imagino en la casita que Tori le presta en Escocia para escribir sus libros. (Tori Amos para aquellos que no lo sepan). Son historias que teje como las telarañas, te enganchan y no te sueltan. Estas perdida, atrapada,...Desde que descubrí a Sandman, Señor de los Sueños he descubierto a mi dios. Le rindo pleitesía, me nutro de mis sueños y me alimento de ellos. Le doy gracias a Sandman y a su bolsa de arena que todas las noches me visita para que sueñe y sueñe sin parar. No se pueden ustedes perder las historias de Sandman y mucho menos las novelas de Neil Gaiman, desde la primera a la última: Neverwhere, Stardust (atención, la película esta pendiente de estreno), American Gods y ahora, Los hijos de Anansi.

jueves, 11 de enero de 2007

Nadando entre el asfalto


Hoy he ido a la piscina a nadar, pero no he nadado. He llegado y hacía tanto tiempo que no iba que todo estaba cambiado. Me ha costado una barbaridad encontrar los vestuarios. Había que subir a la planta de arriba y luego bajar otra vez para llegar a la piscina. Justo cuando ya me había cambiado, he bajado por las escaleras y me he dado cuenta que me había olvidado algo. He vuelto a subir. Cuando he llegado al vestuario me he dado cuenta que lo tenía todo y he vuelto a bajar. A mitad de camino me he dado cuenta que me faltaba algo otra vez y he vuelto a subir las escaleras. Después de mucho bajar y subir, agotada de tanta escalera, he mirado el reloj, se me echaba el tiempo encima y tenía que volver a casa. Al final ni siquiera he probado el agua. Por lo menos subiendo y bajando escaleras he hecho ejercicio. Me he despertado y estaba en la calle, en la acera. El asfalto tenía un aspecto acuoso. Me he mirado y llevaba el bañador, el gorro y las gafas de nadar puestas. Bueno, he pensado, este es un buen momento para nadar y me he zambullido en el asfalto. He nadado por las calles de mi ciudad hasta llegar a casa.

A la luna le falta algo


No paro de mirar a la luna. Esta noche he soñado con ella. No recuerdo que soñé, sólo que ella era la protagonista. Grande, blanca, radiante. Brillaba con tal intensidad que casi era como un sol. Y yo estaba allí, quieta mirándola y mirándola sin parar. He soñado con la luna y no me la he podido quitar de la cabeza. Ahora la veo por todas partes, la ansío, la observo, la admiro. Y cuando no está, la anhelo. Nerviosa me paseo de un lado a otro sin parar. ¿Ha salido ya?, me preguntó. Y una vez que aparece majestuosa en el cielo, no puedo parar de mirarla. Hoy le pasa algo a la luna. Le falta algo. Se echa en falta. Es como si alguien le hubiera pegado un mordisco. Pero eso no es todo. Hoy, me he despertado gato. No recordaba haberlo sido nunca. ¿quizás en una vida anterior? Soy todo pelo negro, bigotes y sonrisa. He buscado la luna nada más despertar. Sobre mis cuatro patas he caminado hasta el balcón y la he visto, le faltaba un trozo. Entonces he recordado. He recordado la luna gigantesca y mis grandes dientes y mi boca sobre ella. Umm, la boca se me hacía agua. Tengo la tripa llena de luna. Hoy he soñado que me comía la luna y cuando me he despertado he visto que le faltaba un trozo. Y mi yo gato se ha ido contento y feliz, a la espera de la próxima siesta donde pensaba hincarle un buen mordisco de nuevo a la tierna luna.

¿Donde estás frío?


Echo de menos el frío. ¡Quiero que sea invierno! ¿Esto es enero?. Florece la ginesta, los árboles se vuelven locos y yo no hago nada más que pensar en nieve y osos polares. Cierro los ojos y veo las montañas nevadas. Llevo mi gorro, mis guantes y mi bufanda de colores. Tengo las mejillas coloradas, el vaho que sale de mi boca está congelado. Juego a hacer muñecos de nieve, a batalla de bolas con mis amigos. Me siento una niña. ¡Quiero que nieve! Me encanta el mar y bañarme en él en verano, notar el cálido sol sobre mi piel mientras dejo que las olas me mezan en un vaivén suave. Pero cuando lleva el invierno, quiero frío, quiero abrigos y jerseis gruesos, quiero nieve, quiero estufas, bufandas y chocolates calientes!!!!!!!!!!!!! He decidido que me voy al frío. Me he enrolado en un barco que viaja en expedición a la antártida. Tengo toneladas de jerseis de lana gorda, guantes, bufandas, parezco el muñeco de michelin. Ansío el frío. Hemos tardado en llegar a tierras árticas pero ha valido la pena. Al llegar al hielo he sido feliz. Por fin, hielo, nieve, osos polares,...¡¡¡¡¡¡¡Esto es el paraíso!!!!!!!!! El frío estaba aquí, muy lejos de mi hogar. ¿Cuándo volverá el frío allí? Quiero volver a casa.

miércoles, 10 de enero de 2007

We will miss Lily Munster


Nos ha dejado Yvonne de Carlo, la inolvidable Lily de 'Los Munsters'. Siempre me gustaron los Munsters. Desde luego tengo unos gustos muy peculiares, todo lo que tenga que ver con el cine fantástico, los monstruos, drácula, castillos encantados o fantasmas me entusiasmaba y me sigue entusiasmando. Lily era uno de mis personajes favoritos junto con la novia de Frankenstein, Elsa Lanchester. Me encantaba su vestido vaporoso y draculiniano. Se larga melena negra con aquel mechón blanco. Cierto es que su maridito no tenía muchas luces pero tenía un padre vampiro, un hijo niño lobo y vivía en un castillo lleno de telarañas, ¿qué más se puede pedir?

El retorno


Mis tíos han decidido volver a la casa en la que vivieron durante tantos años. Es algo extraño. Hace tiempo que se fueron a vivir a otra ciudad y cambiaron su antiguo piso de alquiler por un piso en propiedad. Y ahora vuelven. Han comprado el piso que es mucho más pequeño y que sin lugar a dudas es peor en comparación con el que tenían hasta ahora. Hasta mi prima ha vuelto con ellos. Vivía con su novio, en un piso que ambos se habían comprado y ahora ha decidido volver a su antigua casa con sus padres. Aún no lo entiendo. Es como volver al pasado. A aquella casa donde sin duda faltará alguien y una habitación siempre estará vacía. No se puede volver atrás, pienso. Me han invitado a ver el piso de 'nuevo'. Aún no han trasladado todos los muebles. Me enseñan la nueva distribución. Parecen contentos, como si todo fuese igual. Les pregunto pero no parecen entender porque me parece tan extraño que vuelvan. Parece que llevo varios días allí. Aún no sé porque. Creo que tengo ataques de narcolepsia, tengo mucho sueño y de repente me despierto tirada en cualquier sitio. Mi tío se ríe. ¿Otra vez durmiendo?, pregunta. Me acerco a la habitación vacía, hasta ahora no lo había hecho. Me daba miedo. No hay nada, las paredes están peladas. Recuerdo donde estaba todo y las diferentes distribuciones de los muebles a lo largo de los años. Casi podría decirse que tengo memoria fotográfica. He abierto la ventana de par en par, entra un sol cálido de media mañana. Me asomo a la ventana y veo un gatito. Es negro y gris. Es pequeño y regordete. Lo cojo. Mi tío me dice que es un regalo. El gatito me muerde los dedos con sus pequeños dientes y se hace un ovillo en mi mano. Sonrío. Me gustan los gatos.

martes, 9 de enero de 2007

Corre, Hansel, corre

Hansel llegó a escondidas a casa de su amiga Gretel. A su padre no le hacía gracia que Hansel y Gretel jugaran juntos. Era una mala influencia para su tierna niña según él. Aún así Hansel se colaba en la casa del Gran Ogro, padre de Gretel, y jugaban a escondidas. El viejo caserón tenía una y mil habitaciones abandonadas, pasadizos secretos y corredores donde jugar y corretear sin miedo. Hansel y Gretel siempre tenían cuidado de vigilar que el padre de ella no los descubriese pero un día se lanzaron a la aventura de las carreras de triciclos por un pasillo por el que sin saberlo pasaba el Gran Ogro. Este, al ver a los dos niños juntos, rugió y rugió y los asustó. Ambos se quedaron petrificados y ese fue el momento en el que el ogro cogió a Hansel de su camisa y llevándolo en bolandas, sosteniéndolo tan sólo con una mano, lo condujo a las mazmorras. Allí lo encerró durante muchos días y castigó a su hija por tremenda travesura. Hansel pasó días y días en su celda, el padre de Gretel lo alimentaba copiosamente y el niño se preguntaba porqué. Cuando el ogro le traía la comida consistente en tres o cuatro platos y abundantes postres entre los que elegir era muy amable y sonreía beatificamente mientras veía como Hansel comía y comía. Un día Hansel escuchó como el padre de Gretel hablaba con su cocinero a la puerta de su celda. Ambos planeaban la mejor manera de cocinar a un niño regordete y cuanto tiempo tendrían que seguir alimentándolo para que estuviera en su punto. Hansel se asustó mucho y en un descuído en el que el ogro se dejó la puerta abierta mientras retiraba los restos de su comida, colocó la almohada debajo del jergón como si estuviera durmiendo y se situó al lado de la puerta. En el instante en que el ogro no lo tuvo al alcance de su vista, Hansel salió corriendo. Subió hacía arriba porque pensaba que si bajaba lo atraparían y al no ver otra salida decidió lanzarse al balcón de la casa de al lado. En un salto sin precedentes, Hansel logró llegar al otro lado con apenas unos rasguños. Aún no se lo podía creer. La puerta del balcón estaba abierta y Hansel entró en la casa. Se dirigió a la planta baja y abrió la puerta, pero justo en ese momento, el dueño venía de pasear a su perro y este comenzó a ladrar y Hansel fue descubierto. El ogro se puso en alerta al oir el escándalo en la casa de al lado y salió en pos de Hansel pero este ya iba corriendo y saltando de un árbol a otro como si fuera una ardilla voladora. El vecino del perro llamó a la policia y denunció el allanamiento de su morada. Así pues, Hansel era perseguido por un pérfido ogro y por un escuadron de policias en pos del ladrón. El pobre niño no sabía hacia donde iba, solo sabía que tenía que continuar y así lo hizo. Se agarraba de una rama y se impulsaba hasta llegar al siguiente árbol así hasta que llegó al borde del mar. Viéndose atrapado Hansel no tuvo otro remedio que saltar desde la copa del último árbol hasta el agua y se hundió hasta lo más profundo. El ogro saltó al agua pero pesaba tanto que se ahogo, lo cierto ,es que estaba tan ofuscado que no se acordó que no sabía nadar. La policia empezó a buscarlos con submarinistas pero solo encontraron el cadáver ahogado del ogro. Hansel había desaparecido. Ya nadie supo jamás de él. Gretel se acercaba todas las mañanas al lugar donde perdió a su padre y a su mejor amigo, pero nunca supo más de él. Si se hubiera acercado un poco más al agua, hubiera visto un pez pequeñito pero regordete que nadaba contento y feliz por las azules aguas del mar. Era Hansel convertido en pez. Hansel ya no se acordaba ni de Gretel, ni de la mazmorra, ni de los pasteles, los árboles, la policia o el ogro. Hansel era ahora un pez y los peces tienen una memoria de tres segundos. Así que el pez Hansel miró hacia arriba donde estaba su mejor amiga y después de tres segundos siguió nadando ahora ya en su nueva vida debajo del mar.

Adiós al padre de Scooby Doo


Nos ha dejado Iwao Takamoto, creador de Scooby Doo, los Jetson o los autoslocos. Además de Scooby Doo y Penélope Glamour, una de sus creaciones más reconocidas fue el centro de atenciones de la familia del futuro en The Jetsons, el fiel astro. Cuando era peque y no tan peque me encantaban las aventuras de Scooby Doo, siempre envueltas en el misterio y lo paranormal, aunque al final siempre acabaran descubriendo que todo era un montaje. Mira que era cageta Scooby Doo, siempre metido en castillos encantados, rodeado de fantasmas o monstruos del más allá. Ni siquiera he visto las pelis que hicieron, para mí Scooby Doo siempre será un dibujo animado. Ahora ya no se hacen series así. Otro de mis perros favoritos era Pulgoso, con esa sonrisa cínica, jejeje. Vivan los dibus!!!!!!!!!

lunes, 8 de enero de 2007

Mr. Bowie's birthday


Hoy cumple 60 añitos Mr. David Bowie. Pero que bien lo lleva el tío. Felicidades. Es uno de mis grandes favoritos pendientes de ver en directo junto a Neil Young. Adoro el Hunky Dory, me encanta la presentación del cd, con esas fotos vestido de egipcio, mi vertiente egiptóloga me delata. jejeje. Aunque no creo que hubiera egipcios blancos como la leche, rubios y con ojos claros y cada uno de un color. Nunca un egipcio fue tan atractivo como este vampiro de 'El ansia'. Yo a bowie le dejo que me muerda el cuello encantada. Eso sí, antes que me cante algo. Por cierto, que hace un papel en la nueva peli de Christian Bale y Hugh Jackman sobre magos, El truco final. El prestigio. Estad atentos.

Me asalta un pingüino


Después del concierto de los Blind Riders en el monasterio, a eso de las tres y media de la mañana cuando la gente empezó a dispersarse y a apuntar su camino hacia el magic, decidí hacer una retirada honrosa antes de caer en esa dimensión paralela del infierno que últimamente es ese local. Me despedí de un Mr. Traveller bostezante y una Mrs Makovski en plena crisis alérgica, Canetti se fue rumbo a Sants seguramente junto a Dan Glam y su Joana, Guillermo y otro amigo, aunque me fui antes de que la indecisión tomara forma de rumbo fijo hacia algún lugar. No se veía un alma por la calle, caminé unos minutos hasta llegar a la parada del N6 que estaba llena de coches, casi me tuve que situar en mitad de la carretera. El autobús pasó enseguida pero a pesar de que levanté el brazo, el señor autobusero pasó de mí y siguió su camino. En aquel momento si hubiera tenido una metralleta me hubiera liado a tiros. Pero como no la tenía decidí andar un poco más hasta la siguiente parada que tenía el N6 y el N8, dos opciones en vez de una, mientras andaba seguramente haría tiempo para el próximo nitbus, quizá un N8. La calle estaba desierta, de una manera desierta gris y tétrica. Hacía frío pero tampoco demasiado. Me había puesto mi bufanda de colores dándole un par de vueltas y mi gorrito a juego. Más mona iba yo. Caminaba y caminaba pero de pronto, vi la calle desierta en silencio sepulcral y un escalofrío me recorrió la espalda. Aquí había algo que no funcionaba bien. Me dí la vuelta y pensé, mejor cojo un taxi, en la confluencia antes de la anterior parada pasan bastantes. Me dí la vuelta y entonces entendí porque me sentía así. Un hombre de tez oscura me seguía. Y al darme la vuelta giró y continúo siguiéndome. Apreté el paso y el apretó el paso. Cada vez lo sentía más cerca. Parecía que llevaba tacones porque sus pisadas resonaban en la inmensidad de la noche oscura. Me asusté y seguí caminando hasta la esquina. Si no fuera atea supongo que le habría rezado a dios para que me enviase un taxi, en vez de eso, me hice la loca cuando se acercó a mí y empezó a hablarme. No le respondí, simplemente hice como si oteara el horizonte en busca de un velero o algo así. Vente conmigo me decía, fue una de las pocas cosas que entendí. La mayor parte de las cosas que me decía eran inteligibles para mí. Me quedé petrificada y sin saber que hacer, sólo que me negaba a mirar porque pensaba que entonces todo se precipitaría y pasaría algo que no me iba a gustar. Entonces, él se me acercó y empezó a gritarme y mirarme con los ojos desorbitados. De golpe y porrazo era un tigre salvaje de la India que en apenas unos segundos se abalanzó sobre mí. Yo cerré los ojos, me agaché y me hice un ovillo esperando lo peor. Me quedé así y no pasó nada. Un ruidito extraño me llamó la atención y entonces abrí los ojos. Delante mío había un pingüino. Saltaba y daba pasitos pequeñitos, apenas podía moverse, estaba muy gordo. Me puse de pie y lo miré desde arriba. ¿Le he tenido miedo a esto?, me pregunté. Entonces empecé a ver muchos pingüinos pululando por la calle y me dije a mí misma, que le den por culo al nitbus y acto seguido pasó un taxi, levanté la mano y le dije, a casa por favor. La broma me costó 15 euros pero ahora sé que los pingüinos no me pueden hacer daño.

viernes, 5 de enero de 2007

Quiero ver, quiero leer,...





Aún no la he visto y aún no lo he leído pero quiero recomendar una película y un libro porque son apuesta segura. Banderas de nuestros padres de Clint Eastwood, para mí el director clásico entre los clásicos. Un imprescindible, un rostro de piedra que aunque muchos no lo crean puede expresar muchas cosas con su cara y con sus películas ya ni te digo. Es un maestro y no me avergüenzo de decir que adoro a Dirty Harry, olé su magnum del 44 y su mala baba. Alguien se extraña de que House sea un borde, pues que mire a Harry el Sucio y aprenda. Desde la joya que supuso 'Escalofrío en la noche' (que gran título original 'Play Misty for me') hasta 'Milion dollar baby', el Eastwood director me ha enganchado, si llevase sombrero me lo quitaría ahora mismo. Ante este señor hago una reverencia por lo menos, o dos o tres. Imperdible!!!!!!!! Ah y cuando haya visto esta esperaré pacientemente a que estrenen la versión japonesa de la historia que dirige el mismo Eastwood con Ken Watanabe de prota, Cartas desde Iwo Jima.











Segunda recomendación: Hoy saliendo del doctore, doctore, me he cruzado en el escaparate de una librería con la edición inglesa de lo nuevo de Paul Auster, Travels in the scriptorium. He pegado un gritito de emoción y he entrado corriendo en la librería dos minutos antes de que cerraran solo para conseguir esta joyita. La suerte y el azar siempre me guían hacia él. Es inexorable, es inevitable, amo a Paul Auster.

Mrs. Makovski makes me smile


Maika Makovski anoche en el Apolo 2. No tengo palabras para describir a esta mujer sobre el escenario, es todo garra, fuerza, voz, presencia,...En algunos de sus temas cuando Maika canta se me pone la piel de gallina, un cosquilleo me recorre todo el cuerpo se me agarra a la nuca y no me suelta. Es una de las pocas personas que consigue provocarme algo físico que no se muy bien como explicar cuando la veo en directo. Cuando algo llega a un nivel sensorial tan físico, creo que es el summun del summun. Es más que emocionarte. Es sentir que estas viendo y presenciando algo muy grande. Eso es en pocas palabras Maika. Y que todos nosotros podamos verla muchas veces más. A la espera de su nuevo disco. Los temas nuevos suenan de puta madre.


(Le robo esta fotico a edu que aquí no tengo ninguna de las que le hice ayer. jejeje. es lo que tiene postear desde el curro).
Escuchando: Acapulco Gold. The Freewheelin' Tornados. Estado: se me cae la baba.

Achís. coff. coff.

Pasos leves sobre el suelo. Llego hasta el mostrador. Es muy alto. ¿Porqué es tan alto? Nunca me lo había parecido. ¿O es que soy yo la que soy bajita?. Miro hacía arriba y luego hacía mis pies. Parecen pequeños. Muy pequeños. Llevo unas adidas country marrones como las mías pero son tan pequeñas que cabrían en mi mano. Perdón, en esta mano que miro ahora desde luego que no porque es muy pequeña. En la mano que tenía antes, hace unos segundos, hace unos minutos, hace unos años. ¿Qué está pasando? Dios santo. !!!!!!!!!!!!!!Soy una niña!!!!!!!!!!!!!!!! Una sombra se cierne sobre mí. Desde lo alto del mostrador se asoma una gran mole. Y entonces, ruge. Arggggghhhhhh. Y yo acojonada abro los ojos como platos, parezco un dibujo animado japonés. Soy como una Arale de carne y hueso. Y entonces vuelve a rugir. Quiere saber que quiero pero yo por un momento, no sé ni que quiero ni que demonios hago allí ni porque soy tan pequeña. Y vuelve a rugir. Y a rugir y a rugir. Y se me mueve el pelo como si un viento huracanado me cayese en la cara cada vez que me habla. Y entonces con voz tímida digo: Me da hora para el médico de urgencia, por favor. Y ella vuelve a rugir. Porque es una ella y ruge, no tiene melena leonina pero no le hace falta. Si rugiese un poco más pasaría de gran felino a gran dinosaurio. Tengo miedo. Y encima no me quiere dar hora. Estoy malita, le digo. Menos cuento, ruge ella. Toso, digo yo. Y para demostrarlo hago unos coff, coff, nimios que parezco una tísica de mercadillo. Y la mole se ríe y me señala con uno de sus grandes dedos la puerta y me dice que me largue con viento fresco. Y yo, estoy malita, estoy malita, estoy malita. Y entonces la mole se extiende por encima del mostrador, acerca su enorme cara a la mía. Me mira con ojos inyectados en sangre. Me observa, me analiza y justo cuando la tengo pegada a mi nariz, estornudo y la lleno de mocos. Un huracán se levanta, furia, rabia, odio y la mole enfurecida parece que me va a aplastar. Pero entonces, me pasa un papel y me dice. Puerta 1 planta 2. Y yo me voy saltarina y juguetona escaleras arriba brincado camino de la consulta de mi doctor. Achís. coff. coff.

jueves, 4 de enero de 2007

Mi gato y su visa oro


Mi gato tiene tarjeta de crédito. Aún no me lo puedo creer. Mi banco le ha mandado una carta con ella dentro. Aún no me lo puedo creer. No es una tarjeta cualquiera, que es de oro y brilla a la luz de la luna. A mi ni una sencilla me mandan. Tiene un saldo de 4200 euros, más de lo que he tenido yo en mi cartilla últimamente. Se pasea por casa remoloneando con su visa oro en la boca y me mira con ojos felinos mientras se imagina todo lo que con ella podrá comprar. Por las noches la acuna como si fuera su cría y sueña feliz. Mi gato tiene tarjeta de crédito y yo no tengo un duro.


noticia publicada en el mundo:


El primer gato con Visa


SIDNEY.- Messiah, un gato australiano, tiene el dudoso honor de ser el primer felino que recibe una tarjeta de crédito. Gracias a él, su dueña detectó un grave fallo de seguridad bancario, aunque el banco ya se la ha quitado de las garras.
El banco Queensland, australiano, ha tenido que pedir disculpas por emitir una tarjeta de crédito a un gato.
Katherine Campbell, la dueña del animal, tuvo la ocurrencia de probar el sistema de identificación de su propia cuenta con el pequeño Messiah, para el que pidió una tarjeta bajo su nombre, incluyendo la dirección y la edad de su mascota. Para su sorpresa, el gato recibió una Visa con límite de 4.200 dólares australianos sin que el banco confirmase su identificación. Una buena cantidad para un felino.
"No lo podía creer. Las personas necesitan ser conscientes de esto y los bancos necesitan una mejor seguridad," dijo Campbell a la prensa.
La entidad, tras pedir perdón, ha cancelado la tarjeta. "Estamos investigando cómo se ha cometido el error. Nos disculpamos debido a que esto no debió haber pasado," afirmó en un comunicado.
p.d. YO NO TENGO GATO, ¿o si?

He visto el mar en mi habitación

Me he despertado y he visto el fondo del mar. Millones de peces de colores nadaban en las paredes de mi habitación. El agua era azul cristalino, azul marino, azul celeste, azul en todas sus variedades. Tocando las paredes he sentido las corrientes marinas, ahora frío, ahora calor. He visto el mar, al principio parecían simplemente dibujado, luego pintado. La textura del mar como un óleo con trazos más prominentes cuando las corrientes eran fuertes y casi imperceptibles cuando eran suaves. Miles de tonalidades de azul pintadas en mi habitación. El agua se convertía en algo físico como si pudieras coger un puñado y atraparlo con tu mano, como sino se escurriera entre los dedos con sus colores vivos. Me he quedado acostada pensando que era un sueño y que era bonito, agradable y me gustaba. El edredón y las sábanas han empezado a flotar y yo con ellas. Me he dejado llevar por los suaves movimientos marinos. Todo se ha vuelto líquido, fluído, ligero suave, claro, trasparente. Los peces de colores nadaban a mi alrededor, verdes, naranjas y azules. Iban en grupos pequeños, de tres en tres y al pasar hacían burbujitas mientras sonreían. Y mientras nadaba en las aguas profundas del mar, descubrí que una vez fui pez, un pez pequeño, un pez risueño, un pez nadador, un pez en el mar, un pez, en fin, un pez. Cuando la ballena nadó sobre mi, haciendo una gran sombra sobre el suelo de mi habitación y mi cama, supe que me iba a despertar. Pasó silenciosa y parsimoniosamente por encima mío con su gran barriga suave. Me dejó que la acariciara y entonces, desperté.

Freddy que estés en los cielos




Los oyentes de la archibritánica bbc han escogido al mejor grupo musical de la historia y sorpresa, sorpresa, los elegidos han sido: Queen!!!!!!!!!!!!!!! seguidos muy de cerca por los Beatles, Rolling Stones y Oasis. Supongo que se referían al mejor grupo de la historia de la música británica. Menuda sorpresa. Qué conste que adoro a los Beatles y a los Rolling pero...Vivan Queen y la madre que parió a Freddy Mercury!!!

miércoles, 3 de enero de 2007

Sueños polares desde la ciudad de las palabras




Tengo sueño. Un sueño de esos tontos. Me he tomado un té, no ha hecho efecto. Sigo teniendo sueño. Si sigo repantingándome en la silla, voy a acabar cayéndome. En un segundo, he cerrado los ojos y he visto osos polares y nieve. Duele. Duele el frío en las manos y en la nariz. Mi gorro de colores me protege las orejas pero me he dejado los guantes en casa. Hay un iglú a lo lejos. Ando hacía él pero me caigo, llevo unas raquetas de nieve pero no tengo ni idea de como andar con ellas. Es un engorro. Me las quito después de muchos esfuerzos y sigo caminando. Sale humo por la chimenea del iglú. Alguien me espera. Umm. Tengo sueño. Un oso polar pasa a mi lado y me saluda. Buen viaje, me dice y yo agito la mano como respuesta mientras sonrío y pienso en ballenas que surcan los mares polares en busca de aire que respirar. ¿Estarán debajo de mí?, me pregunto. Toc, toc, el hielo suena. Hay un picaporte. Lo agarro y tiro de él. Es una puerta. Una ballena sale a respirar. Gracias, me dice. Se vuelve a sumergir y continúa su largo viaje. El iglú esta cada vez más cerca. Estoy cansada y tengo sueño. ¿Tendrán preparada la cena? Umm. Tengo hambre. Tengo frío. Pero cada vez estoy más cerca. ¡Qué pesado es ese pingüino! No para de seguirme. Deja de seguirme, le grito enfadada. Tengo sueño y tengo hambre, me responde triste. Uff. Va demasiado despacio, parece un pato mareado. Ven aquí, le digo. Y lo cojo entre mis manos para aligerar el paso. ¿Crees que tendrán sardinas?, me pregunta mientras la boca se le hace agua. No lo sé, le respondo. Me conformo con que tengan una buena lumbre, este calentito, tengan algo para comer y nos puedan hacer un sitio donde dormir. El pingüino sonríe, le gusta la idea. Yo sonrío. Al fin, después de mucho caminar llegamos al iglú. Pongo a Pingu en el suelo y llamo a la puerta. Hola, ¿hay alguien ahí?, pregunto. Pasad, responde una voz desde dentro. Y Pingu y yo entramos y nos sentimos calentitos y comemos pescadito frito y echamos un sueño reparador. Sólo ha sido un segundo pero he visto osos polares y nieve, lo juro.