Dice tom waits en este maravilloso e increíble libro de entrevistas y conversaciones que me tiene atrapada: 'No soy un fotoperiodista. No hago reportajes. Le cuentas historias a alguien; surgen de muchos lugares, sueños y recuerdos y mentiras y cosas, cosas que has encontrado y escuchado, visto y leído, soñado e inventado'. Lo suscribo totalmente.
Leyendo este libro, Waits cuenta una historia de un cuartel de bomberos que se convirtió en supermercado asíatico y que me ha inspirado este relatillo:
Baltimore, Pittsburg
He pasado por aquí millones de veces. Ya nada es lo mismo. Todo se transforma. El cuartel de bomberos en el que solíamos jugar cuando éramos pequeños ha desaparecido. Ya no suena la sirena de alarma cada vez que hay un incendio. Los coches ya no salen disparados a salvar la casa de nadie. Ahora es una tienda de productos asiáticos. Venden tofu, galletitas de la suerte y algas para makis. La señora Cho aún recibe llamadas a altas horas de la madrugada. Gritos desesperados. Mi casa se quema!!! Al principio, la señora Cho no entendía el idioma y no sabía porque la gente le llamaba a esas horas ni lo que le decían. Pero poco a poco se fue dando cuenta y ahora solo le quedaba decir cuando el teléfono la despertaba por la noche, no bomberos aquí. Se producía un tremendo y desolador silencio y luego colgaban. La señora Cho se volvía a dormir y siempre soñaba con grandes incendios que se comían la ciudad entera. Cuando se levantaba le entraba hambre y se comía una galletita de la suerte. Aquella mañana la galletita le dijo. El fuego te acompaña. La señora Cho bajó a la tienda desde su casa en la parte superior del edificio y trabajó duramente durante todo el día. Aquella noche el teléfono no sonó sino que fue ella la que llamó a los bomberos. Su casa ardió hasta los cimientos y con ella sus galletitas, su tofu y sus algas para los makis.
Leyendo este libro, Waits cuenta una historia de un cuartel de bomberos que se convirtió en supermercado asíatico y que me ha inspirado este relatillo:
Baltimore, Pittsburg
He pasado por aquí millones de veces. Ya nada es lo mismo. Todo se transforma. El cuartel de bomberos en el que solíamos jugar cuando éramos pequeños ha desaparecido. Ya no suena la sirena de alarma cada vez que hay un incendio. Los coches ya no salen disparados a salvar la casa de nadie. Ahora es una tienda de productos asiáticos. Venden tofu, galletitas de la suerte y algas para makis. La señora Cho aún recibe llamadas a altas horas de la madrugada. Gritos desesperados. Mi casa se quema!!! Al principio, la señora Cho no entendía el idioma y no sabía porque la gente le llamaba a esas horas ni lo que le decían. Pero poco a poco se fue dando cuenta y ahora solo le quedaba decir cuando el teléfono la despertaba por la noche, no bomberos aquí. Se producía un tremendo y desolador silencio y luego colgaban. La señora Cho se volvía a dormir y siempre soñaba con grandes incendios que se comían la ciudad entera. Cuando se levantaba le entraba hambre y se comía una galletita de la suerte. Aquella mañana la galletita le dijo. El fuego te acompaña. La señora Cho bajó a la tienda desde su casa en la parte superior del edificio y trabajó duramente durante todo el día. Aquella noche el teléfono no sonó sino que fue ella la que llamó a los bomberos. Su casa ardió hasta los cimientos y con ella sus galletitas, su tofu y sus algas para los makis.
http://www.myspace.com/tomwaits
P.d. ahora que no puedo actualizar desde el curro ni bloguear voy a estar un poco missing, sorry.
P.d. ahora que no puedo actualizar desde el curro ni bloguear voy a estar un poco missing, sorry.
4 comentarios:
..."The piano has been drinking..."
Qué grande, por 2
Pobre señora Cho. Qué duro es ser emigrante
Besos, Lenore
Puedo dejar mensajes como anónimo!!!!! Lenoreanabel.
Grandísimo libro. buena elección Anabel, muy buena.....
Buenos días, wapa
Ya se pueden dejar anónimos y a mí me recuperaron el perfil
¡Volvemos a estar en contacto!
Besos
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