La calle estaba desierta. Volviendo a casa a altas horas de la noche. Había llovido mientras estaba bajo techo. El suelo estaba mojado. Empezó a levantarse una suave brisa, venía desde el mar. Cerré los ojos mientras esperaba a que el semáforo cambiase de color en la gran avenida y sentí el olor del mar. El viento empezó a encabritarse, mi pelo ondeaba suelto. De golpe la suave brisa se convirtió en un viento salvaje para segundos después devenir en huracanado. En mitad de la calle, el semáforo en verde y lo ví venir. Un tornado de grandes dimensiones me pilló de lleno. Me volteó y zarandeó en el aire como le vino en gana. No paraba de dar vueltas y vueltas, me estaba mareando, mi bolso había volado y con él todas mis cosas que ahora flotaban a mi alrededor. Por unos momentos pensé, es el fin. Pero tal y como vino se fue. Me escupió y siguió su camino. Caí sobre el duro asfalto, temiendo haber perdido en el camino algo más que el bolso. Me dolía todo. Comprobé que estaba entera. Si, parecía que no faltaba nada. Pero de golpe descubrí que algo no estaba en su sitio. El muy hijo de puta se había llevado mi corazón. Un hueco tan solo quedaba. El vacío. Maldita sea, pensé. Con lo que me había costado recuperarlo. Ahora vuelta a empezar la búsqueda del tesoro. En mi bolsillo había un mapa, una x marcaba el lugar. Ahora solo tenía que averiguar en que dichoso mar y en que maldita isla estaba mi corazón enterrado.
P.d. no me deja actualizar desde el curro, sniff, sniff.
2 comentarios:
Hola, Lenore
Como siempre, un gusto leerte
Besos
PD: un amigo volvió a abrirme el perfil
Ventilador!!!!! cómo me alegro de verte por aquí! besotes.
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