viernes, 13 de julio de 2007

Reconstrucción

Soy una casa en reformas. He tirado paredes que ni sabía que existían pero que algún día construí. Ahora tengo un martillo enorme, un traje blanco y una mascarilla, estoy en plena demolición. Derribar paredes es divertido. Zas, zas, pum, pum y caen como si nada. Al principio tenía miedo de que esas paredes caídas afectaran a la estructura de la casa pero lo cierto es que la casa sigue en pie firmemente. No eran tan importantes. Voy habitación tras habitación. Abro una puerta y me preparo para sopesar. Esta si, esta no, esta me lo pienso luego. Zas, zas, pum, pum. Otra pared abajo. Zas, zas, pum, pum. Retiro la runa y siguiente habitación. Pero que bonito me va a quedar esto...

3 comentarios:

DtV dijo...

Tira sin miedo, los muro se carga son de carga porque no se caen, y si caen, bueno, quien sabe lo que depararán los desperfectos una vez solucionados.

Mr. D dijo...

Si quieres, te presto una gran bola de demolición que a mi me vino de perlas no hace mucho.
Tu, no dejes ladrillo con cabeza, que ya se te ocurrirá más tarde lo que hacer con el solar...

S dijo...

Espero que la demolición vaya viento en popa. Seguro que te va a quedar una guarida digna de visitar cuando acabes!