lunes, 25 de julio de 2011

El sonido vacío de las palabras huecas

Últimamente parece que la gente va a los conciertos a hablar, es algo que sinceramente no soporto. Estás en primera fila y lo único que oyes es un murmullo cada vez más fuerte de gente que está de espaldas al escenario y que parece que le importa un pimiento lo que sucede en él. Es una nueva moda, que en los festivales arrasa y que en los conciertos se está extendiendo. Es la moda de ir al concierto a lucirse, ir a un concierto como el que va a un acto social, a pasar el rato, echar unas birras y a socializarse pero no a escuchar música. Y el que quiera ver un concierto tranquilamente que se joda, ¿a quién le interesa la música? ¿A quién le importa? Es una molestia más que impide al amante de la música disfrutar de los directos. Lo de los festivales ya es de órdago. Llega casi a la vergüenza ajena. Más que un festival de música parece un pase de modelos. Los guiris no han ayudado mucho todo sea dicho, pero los de casa parece que le han cogido el gusto a lo de molestar. Que dos o tres personas se planten delante tuyo de espaldas al escenario y se pongan a hablar de si primero van al merchandising o a cambiar tickets para birras cuando tú estás intentando ver un concierto es alucinante y más cuando les dices educadamente, si se pueden apartar o ir a hablar a otro sitio que estás intentando ver un concierto. Con un poco de suerte no te pegarán. En eso se está convirtiendo este país de burro y pandereta. En el paraíso de los maleducados y de la gente a la que la cultura solo le interesa si es gratis, es una juerga y está llena de birras pero a la que la música en realidad le importa un pimiento, lo mismo da que esté tocando delante suyo un genio de la música, la cola de los tickets para birras siempre será más importante. A veces, te dan ganas de tirar la toalla, pero por suerte a algunos de nosotros la música si nos interesa. Por suerte.

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