jueves, 8 de febrero de 2007

bruja piruja

Enseñar en una universidad inglesa. Nunca pensé que acabaría de profesora y menos en Inglaterra. Mis alumnos, a pesar de mi juventud, me respetan. Mis clases son concurridas y entretenidas. Todo parece ir bien. Parece. Una mañana me levanté y descubrí que tenía un poder. Vamos que soy clarividente, bruja, un maldito oráculo. Veo cosas. Al principio, pensé que era algo temporal. A lo mejor me había dado un golpe en la cabeza y una inflamación en el cerebro me hacía ver cosas que normalmente la gente no ve, como en las pelis. Pero no recordaba haberme dado ningún golpe. Lo cierto es que hace meses que veo cosas y no hay manera de librarme de ellas. A veces se me escapaban, minucias sin importancia. Alguien perdía sus llaves y yo, mira en la cocina y allí estaban. Estoy preocupada por mi hija, mañana te llama y la llamaba. Al principio me daban las gracias pero luego, la gente empezó a mirarme raro. El profesor Wilkinson, especializado en mitos y cultura mágica me viene persiguiendo desde hace semanas. Debe haberse dado cuenta de algo. ¿Querrá estudiarme? Me voy a convertir en un fenómeno paranormal, saldré en Cuarto Milenio e Iker Jiménez me mirará con esa mirada suya que a veces da miedo. Me preguntará si soy una bruja y yo tendré que decir que si. Probablemente mis vecinos se enteren de todo en breve y empiecen a echarme la culpa del gato que desapareció, de la rueda pinchada, de la muerte de la vecina del número 65 y al final, como en Frankenstein vendrán a acorralarme en mi casa y me lincharan. Luego se irán contentos y felices a sus casas a tomarse el té de las 5. Hoy el profesor Wilkinson me ha perseguido por todo el campus hasta que me ha acorralado, antes de que pusiera sus temibles y enormes manos sobre mí, el rector ha aparecido. Quería hablar con él de la conferencia del mes siguiente. He podido escaparme. Pero no por mucho tiempo, a última hora de la tarde iba andando apresuradamente por el claustro, no había nadie, solo se oían mis pasos rápidos y de golpe y porrazo me ha pillado. Aaaaahhh!!! ¡Qué susto me has pegado! ¡Deja de perseguirme!, le grité asustada. Necesito tu ayuda, me ha espetado. ¿Mi ayuda?, le pregunto. Creía que querías analizarme, estudiarme, publicar un trabajo sobre mí, hacerte famosos. Para, para, me exige él. Sólo quiero saber donde está ella. Y entonces lo entiendo. ¿Tienes una hoja en blanco?, le pregunto. Sí, me dice alcanzándome un folio de su carpeta. Cojo un pilot y empiezo a dibujar, un mapa, Europa, Francia, un pueblo, Carcassone y una X enorme. Está allí, le digo. Y se marcha con el mapa. Esa noche dormí del tirón y al día siguiente, ya no veía cosas. Wilkinson nunca más volvió a molestarme. Se marchó y al cabo de un mes volvió. No hablaba conmigo pero siempre que pasaba a mi lado me sonreía. Ya no soy una bruja, me gusta. Demasiada responsabilidad. Prefiero simplemente, enseñar.

2 comentarios:

Mary Westmacott dijo...

Osea que tenias que ser una bruja solo para ayudar a Wilkinson!!
Buen dia Memorable Lenorabel!!!!!

gus aneu2 dijo...

ole brujilla!!!!