Blog personal de Anabel Vélez. Periodista musical colaboradora de las revistas Ruta 66, Ritmos del mundo y la web MétronomeMusic. Lectora empedernida, cinéfila absoluta, melómana hasta las trancas. Escribo relatos y los publico aquí.
miércoles, 26 de septiembre de 2007
Remolino
Llegamos aquí a través de un portal y nos marcharemos igual. Una vez conseguida nuestra misión nada nos retiene aquí, hemos sido descubiertos y debemos huir. Rápido. Escondidos en casa de un agente amigo somos perseguidos y localizados en seguida. Huimos saltando por una ventana. Me hago daño en el pie al caer desde lo alto, aún así me aguanto y sigo corriendo. Me duele, me muerdo el labio y no pienso en ello. El portal está cerca y entonces estaremos en casa y a salvo. Unos pasos más y habremos llegado. Suenan disparos, están cerca. Por fin, hemos alcanzado el punto de encuentro. El portal es un estanque tranquilo en un parque desierto. Aún no es la hora, está cerrado. Están llegando, deprisa. De pronto el agua empieza a agitarse, se mueve en círculos, como un remolino, cada vez más rápido. Me gritan. Es la hora, salta al agua. La puerta se cierra. Mientras van saltando uno tras otro. D me tiende la mano. Salta, rápido. No quiere dejarme atrás. Pero no escucho, la he visto, está allí, de pie, me mira y sonríe. Nos ha traicionado. Nos ha vendido. Sonríe, lleva un arma en la mano y me apunta. No tiene sentido huir, me dice. Estás atrapada. Me río. Ella no entiende. Dispara, pero no pasa nada. El arma está descargada. Dejo caer los casquillos al suelo. Me vuelvo a reír. Tu ingenuidad me sorprende cada vez más. Estás sola, vive con ello. D me vuelve a gritar. Ahora sí, me lanzó de cabeza detrás de él. El torbellino me atrapa y giro sin parar. Respiro de nuevo y estoy en el mar. Una playa tranquila y desierta, mis compañeros me recogen y me ayudan a llegar a la orilla. ¿Estás bien?, me pregunta D. Si, respondo, solo es una torcedura. Lo tengo, afirmo sonriendo. Y todos me miran mientras abro la mano y les enseño el preciado tesoro por el que hemos luchado y arriesgado nuestra vida. Es tan pequeño que parece increíble que algo en apariencia tan insignificante nos salve. Todos sonríen. D me abraza y nos marchamos caminando lentamente por la playa desierta. Nos esperan. Muchos celebrarán este día. Estoy contenta. La lucha continuará, pero ahora sí, la victoria será nuestra.
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1 comentario:
Me encanta!
Que siga la lucha! ;-)
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