Blog personal de Anabel Vélez. Periodista musical colaboradora de las revistas Ruta 66, Ritmos del mundo y la web MétronomeMusic. Lectora empedernida, cinéfila absoluta, melómana hasta las trancas. Escribo relatos y los publico aquí.
lunes, 12 de febrero de 2007
Desierto
Me han dejado abandonada en mitad del desierto. Aún no sé porque, aún no se quién. Me he despertado tirada en mitad del suelo cuando el sol ha comenzado a pegar fuerte. Tengo sed. Hace calor. He comenzado a caminar sin rumbo hacía algun lugar. No recuerdo. ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? Decido subir una montaña en la lejanía, desde lo alto podré ver que hay más allá. El esfuerzo físico me deja agotada, sigo subiendo, subo y subo. Me agarro a las piedras con las manos hasta hacerme sangre. La piel me quema, hace calor, tengo sed. Casi al llegar arriba oigo un ruido, un rumor de agua. Las pupilas se me dilatan, la boca me saliva. Agua, agua, agua. Me muevo hacia la izquierda y veo un riachuelo, lo suficientemente grande para meterme dentro y saciar mi sed y mi calor. Oh, !qué placer! Entonces oigo ruido y sigo el cauce del río a contracorriente. No es un río, ni un riachuelo cualquiera. El río nace de una casa, de la piscina de una casa. Hay mucha gente en la terraza, diversos toldos protegen de calor a los invitados. Parece una fiesta. Alguien me tiende la mano y me ayuda a salir del agua. Únete a nosotros querida, me dice. Es un hombre de unos 50 años, viste de blanco inmaculado, como todos los invitados. Me miran. Te estábamos esperando, me dice el hombre. Y todos empiezan a aplaudirme como si yo fuera una estrella de hollywood o algo así. Come algo y refréscate, me sugiere y me acompaña a una habitación donde me puedo cambiar y adecentarme. Me han dado ropa nueva, blanca. Nunca me gustó el blanco. ¿Qué demonios hago yo aquí?¿Quiénes son ustedes?, pregunto. Te estábamos esperando. Esta es tu bienvenida. ¿Bienvenida a donde? Al cielo, esto es el cielo y tu estás muerta. !Hay que joderse¡, exclamo y de golpe y porrazo suenan truenos y relámpagos. La casa retumba y parece que sus cimientos se mueven. El hombre de mediana edad me mira con reproche y me dice: Has enfadado a Dios, eso no está bien. Y todo se vuelve oscuro y hace muchísimo calor. ¿Dónde demonios estoy? Bienvenida, dice una voz sibilina que creo reconocer perfectamente. El puto diablo, lo que faltaba. ¿Esto es una pesadilla verdad?, grito desesperada y me despierto. ¿Dónde demonios se ha metido caperucita?
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3 comentarios:
"Al cielo, esto es el cielo y tu estás muerta. !Hay que joderse¡, exclamo "
y dios se enfada, ves? a que el diablo no se enfada
Caperucita aún está haciendo la digestión.
No te digo nada
jejeje. gracias gus, estos días en el curro no tengo mucho tiempo de escribir. uff. Caperucita está a punto de reaparecer, lo noto, jejeje.
Si es tan remilgado se va a quedar más solo que la una, por cierto, ¿no se dice también "más solo que Dios"? igual es por esto.
Caperucita estará de fiesta, en busca de lobos que se la coman enterita, mmmmmm
;)
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