lunes, 15 de enero de 2007

Largo viaje a las montañas

Me he marchado. Lo he decidido. He cogido la mochila y me he ido en busca de las montañas. Me han dicho que allí, en lo alto, en la cumbre que toca el cielo, hay una flor mágica que me hará conocer el futuro. Una flor que vive rodeada de nieve y protegida por siete dragones y un cuervo. No le he dicho a nadie donde iba ni cuando volvería, sólo he dejado una nota diciendo: Me voy, no me busquéis, puede que no vuelva. He partido en largo viaje, llevo muchos días sin descanso. Los bosques y la vegetación son frondosos. Un verde vivo llena el lugar. Es extraño que la nieve aún no haya llegado. Al llegar a uno de los refugios de montaña, la dueña me ha avisado. Han llamado preguntando por ti. No lo entiendo. Debe ser un error. Nadie sabe que estoy aquí. Yo lo sé, responde ella. Pero no sabes quien soy y es imposible que se lo hayas dicho a alguien. Han dicho que volverán a llamar, concluyó la mujer. No es posible. A las 3 de la mañana mientras duermo plácidamente para descansar ante la subida que al día siguiente me espera, llaman a la puerta de mi habitación. Teléfono. Una voz conocida me reclama algo que debí hacer y no hice, algo que debí entregar y no entregué. Pero vamos a ver, le digo yo, no se da cuenta que estoy en las montañas buscando una flor mágica protegida por siete dragones y un cuervo. ¿Se cree que voy a volver ahora para entregarle un trabajo que me importa un pimiento? !Que los dioses te acompañen!, dice concluyendo la voz. Cuelgo el teléfono y le digo a la mujer, no me molesten más, si alguien pregunta por mí, le dice que me he ido a los mares del sur a buscar un pez sagrado que salvará al mundo. Y parto lo antes posible borrando todo rastro, no quiero que nadie me encuentre, tengo una misión. Una flor mágica me espera. ¿Cómo demonios venceré al maldito cuervo?

1 comentario:

MORELLA dijo...

Creo que me voy contigo a matar algún dragón o encontrar algún caliz sagrado. Con lo bien que se lo pasan los personajes de los libros de aventuras y nosotros aquí currando 40 horas semanales o más sin que nos den ninguna poción mágica ni nos bese ningún príncipe.