Blog personal de Anabel Vélez. Periodista musical colaboradora de las revistas Ruta 66, Ritmos del mundo y la web MétronomeMusic. Lectora empedernida, cinéfila absoluta, melómana hasta las trancas. Escribo relatos y los publico aquí.
viernes, 5 de enero de 2007
Achís. coff. coff.
Pasos leves sobre el suelo. Llego hasta el mostrador. Es muy alto. ¿Porqué es tan alto? Nunca me lo había parecido. ¿O es que soy yo la que soy bajita?. Miro hacía arriba y luego hacía mis pies. Parecen pequeños. Muy pequeños. Llevo unas adidas country marrones como las mías pero son tan pequeñas que cabrían en mi mano. Perdón, en esta mano que miro ahora desde luego que no porque es muy pequeña. En la mano que tenía antes, hace unos segundos, hace unos minutos, hace unos años. ¿Qué está pasando? Dios santo. !!!!!!!!!!!!!!Soy una niña!!!!!!!!!!!!!!!! Una sombra se cierne sobre mí. Desde lo alto del mostrador se asoma una gran mole. Y entonces, ruge. Arggggghhhhhh. Y yo acojonada abro los ojos como platos, parezco un dibujo animado japonés. Soy como una Arale de carne y hueso. Y entonces vuelve a rugir. Quiere saber que quiero pero yo por un momento, no sé ni que quiero ni que demonios hago allí ni porque soy tan pequeña. Y vuelve a rugir. Y a rugir y a rugir. Y se me mueve el pelo como si un viento huracanado me cayese en la cara cada vez que me habla. Y entonces con voz tímida digo: Me da hora para el médico de urgencia, por favor. Y ella vuelve a rugir. Porque es una ella y ruge, no tiene melena leonina pero no le hace falta. Si rugiese un poco más pasaría de gran felino a gran dinosaurio. Tengo miedo. Y encima no me quiere dar hora. Estoy malita, le digo. Menos cuento, ruge ella. Toso, digo yo. Y para demostrarlo hago unos coff, coff, nimios que parezco una tísica de mercadillo. Y la mole se ríe y me señala con uno de sus grandes dedos la puerta y me dice que me largue con viento fresco. Y yo, estoy malita, estoy malita, estoy malita. Y entonces la mole se extiende por encima del mostrador, acerca su enorme cara a la mía. Me mira con ojos inyectados en sangre. Me observa, me analiza y justo cuando la tengo pegada a mi nariz, estornudo y la lleno de mocos. Un huracán se levanta, furia, rabia, odio y la mole enfurecida parece que me va a aplastar. Pero entonces, me pasa un papel y me dice. Puerta 1 planta 2. Y yo me voy saltarina y juguetona escaleras arriba brincado camino de la consulta de mi doctor. Achís. coff. coff.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario