martes, 23 de enero de 2007

Sssssssssssssssssssssss


Sssssssssssssssssssss. Me despierta un ruido extraño. Sssssssssssssssss. Un ruido extraño. Un ruido extraño. Sssssssssssss. Estoy tumbada en la cama y lo oigo. Algo se mueve entre las sábanas. Me asusto, enciendo la luz. Y allí está. Ella. Sssssssssssssss. Me muerde y despierto. Estoy soñando. Me tranquilizo y entonces, sssssssssssssssssss. Otra vez ese suave siseo. No puede ser. Levanto las sábanas y el edredón, no hay nada debajo. Sssssssssssssssss. Y de golpe entre la maraña de ropas, una forma sinuosa que se mueve sibilina. Ssssssssssss. Me lanzo sobre ella y la atrapo, se mueve rabiosa. La tengo controlada, no podrá conmigo, pero entre un pliegue de una sábana. Sssssssssss, su cabeza vengativa. Me muerde y despierto. Uff, otra pesadilla más. No lo entiendo, ¿qué está pasando? Y entonces, lo oigo. Ssssssssssssssssss. Suave y lento siseo. Me lanzo sobre las sábanas y esta vez si que la atrapo pero cuando me doy cuenta. Sssssssssssssssss. Sale por el lado contrario y me pica de nuevo. Despierto. Esto es una pesadilla. ¿Qué demonios está pasando? Tengo que salir de aquí. Sssssssssssssssss. Debajo de la cama. Noooooooo. Sssssssssssssssssssí. Salto de la cama y rauda y veloz se tira sobre mi pie y me pica, sin piedad. Despierto. ¿Estoy soñando y sigo soñando que sueño que me despierto? Escucho atentamente, nada. Silencio. Son las cinco de la mañana. Por fin, duermo.

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