Tengo frío. Dicen que esto es un edificio histórico, primera oficina de este tipo que se hizo en los albores de la Barcelona industrial. Por la ventana, cuando hace viento entra sibilino un silbido susurrante a veces, tétrico otras. Esto parece Transilvania, hogar del castillo de Drácula. Hoy no hace viento o al menos no el suficiente como para que algo así me entretenga. Hoy es un día tranquilo. No entra el viento por mi ventana pero hace frío. Un calefactor me da calor, mejor eso que arreglar las ventanas. De camino aquí me he chocado con dos Tornados. Por poco me arrastran hacia las nubes y más allá. Uno buscaba zapatillas y el otro quería comer. Nunca pensé que semajantes fenómenos de la naturaleza cambiante estuvieran interesados en esas cosas. Creía que simplemente se elevaban hacia el cielo como dioses del viento, inclementes, fuertes y huracanados. Estos Tornados hacen música en vez de viento. Umm. Ahora mismo preferiría estar en una playa desierta oyendo el rumor del mar o la música que es capaz de crear un o dos o tres o más Tornados juntos. Hace frío. Es enero. Las luces de navidad se acaban de encender otra vez. Aún así me gusta el invierno. Hace frío.
Recomendación: Mañana un huracán pasará por el Apolo. Maika Makovski. No perdérselo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario